
El cambio climático es uno de los problemas medioambientales más graves de los últimos siglos. Este fenómeno que sucede forma natural, se ha visto hiperacelerado y empeorado por la acción humana, lo que conlleva, entre otros muchos problemas, a que las especies no tengan apenas tiempo de adaptarse y muchas vayan desapareciendo.El Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) emitió uno de sus insistentes, y reiteradamente ignorados, llamamientos a reaccionar; aquel informe confirma, una vez más, podríamos estar dirigiéndonos a un calentamiento de 1,5º a 2º centígrados, esto en el mejor de los casos. Esta situación obligaría a tomar medidas de mitigación de sus consecuencias, especialmente en las regiones del planeta que sufrirán este fenómeno por encima de la media; y, por si fuera poco, proyecta que con las actuales medidas de reducción de emisiones nos encaminamos a un rango de 3,2º C de consecuencias devastadoras.El informe más reciente realizado por expertos de la ONU advierte de que con la variable del tiempo no podemos jugar. Para evitar que se hagan realidad los peores pronósticos sería necesario incrementar los esfuerzos actuales y hacerlo sin ninguna dilación. El coste tampoco debería ser una excusa: cualquier análisis frío demuestra que el precio a pagar de la inacción es mayor que el de actuar responsablemente y en su momento. Además de la reducción inevitable del uso de combustibles fósiles y de materias primas, las medidas de reducción de las emisiones afectan cada uno de los aspectos de nuestro sistema económico y nuestra vida diaria. Entre estos problemas a encarar, está el de los impactos ambientales causados debido a la extracción de materias primas y la producción de energías limpias frente a sus beneficios globales. Un dilema en el que siempre será necesaria la mitigación de daños pero, también, debe permitir adoptar una mirada más amplia. Empero, aunque el panorama no tiene la mejor apariencia, la esperanza prevalece ya que aún podemos actuar para evitarlo. El momento de actuar es ahora, optar por medidas exigentes y estrictas con el fin de reducir las emisiones, iniciar con iniciativas, renuncias y compromisos a tomar a nivel colectivo y personal.Continuamos viviendo en este planeta como si tuviéramos otro en donde vivir, el momento de despertar y actuar es: ¡AHORA!.