El fenómeno de las caras de Bélmez comenzó allá por el año de 1972, cuando un día mientras cocinaba la señora María Camara, encontró un rostro perfectamente dibujado sobre las baldosas de su casa.
A partir de ese día, surgieron un sin número de caras sobre el piso y se ha investigado incluso por el gobierno español si esto verdaderamente se trata de algo real.
Al día de hoy y con pruebas científicas, no existe una razón para decir que esto es un fraude. De hecho, siguen apareciendo nuevos rostros en todas las partes de la vivienda y hay numerosos testimonios que afirman que las figuras se mueven con el paso del tiempo, o simplemente se desaparecen para darle paso a otra nueva imagen…