Fejuve: ¿entre el servilismo y la funcionalidad motivada?

La Federación de Juntas Vecinales, es una organización creada para defender los intereses de los vecinos, para transmitir las necesidades, los requerimientos que existen en los diferentes barrios de una ciudad, en este caso, Tarija. Los vecinos se organizan por barrios, por distritos y es así como llegan a elegir, supuestamente de manera democrática, a sus dirigentes, a quiénes van a transmitir su voz y van a defender sus intereses, que muchas veces no son respetados, no son atendidos, y más bien son violentados por parte de las autoridades municipales de turno. Aunque no existe una norma legal que establezca el rol de fiscalización que debería tener una organización como esta, en los hechos, en la práctica, tendría que ser así, la Fejuve debería constituirse en un ente que pueda hacer seguimiento a cada uno de los proyectos que se llevan adelante en una gestión municipal, también mirar muy de cerca la forma en la que se administran los recursos económicos y cuidar que esa disposición tenga el mayor detalle posible, porque finalmente se trata de dinero que es de los vecinos, de los ciudadanos.

Todo se cae a pedazos, todo lo que tendría que ser, cuando vemos dirigentes que se acomodan lo más cerca posible del alcalde de turno y se alejan lo más posible de los intereses de los vecinos que, irónicamente, son quiénes los pusieron en el lugar donde están, dándoles la oportunidad de justamente estar cerca de las autoridades de turno. Ese nefasto oportunismo que lucen muchos de los dirigentes vecinales, hace que aquel que está en su barrio, aquel que está en su distrito, no esté cuidado, ni siquiera esté protegido, revelando que la confianza depositada en sus dirigentes no ha sido correspondida. Por el contrario, muchos de ellos son funcionales a los intereses políticos y económicos de las autoridades, no podemos afirmar que se hayan beneficiado de alguna manera por esa coincidente y extraña funcionalidad pero lo que sí se puede dejar en claro, es que al incumplir con esa obligación de representar a los vecinos, los dejaron huérfanos, permitiendo que se desarrollen obras y proyectos que no son necesarios y mucho menos prioritarios.

La actual dirigencia de la Federación de juntas vecinales está desempeñando un patético rol, despejando toda duda de que lo que menos le interesa, es defender los reales intereses de la gente de los barrios, velar por una correcta administración de los recursos económicos, cuidar que las auténticas necesidades barriales estén dentro de los programas y planes de una administración política, como es la que se tiene en la instancia ejecutiva municipal.

El decir que se construya la segunda circunvalación, exista o no exista un estudio a diseño final, el pretender presionar dando un plazo de 30 días para que se licite el inicio de la obra, con los recursos que hayan y sin contar con el respaldo técnico necesario, como para garantizar que se cuidan los intereses vecinales y al mismo tiempo, la buena inversión del dinero de la comuna, muestran lo alejada que está esa dirigencia de las verdaderas prioridades que existen en los barrios y en los distritos. Es más que evidente que hay algo muy poderoso que hace que los actuales dirigentes, hayan perdido el norte, hayan dejado de pisar tierra, no tengan noción de la realidad que vivimos y luzcan como sujetos desesperados, aún no se sabe por qué, para que de una vez se comience a construir una obra que no ha sabido ser defendida en sus aspectos técnicos legales desde el ejecutivo municipal.

El actuar de la dirigencia de la federación de juntas vecinales, es el mejor camino para darles a las autoridades de paso un cheque en blanco para que puedan seguir ejecutando proyectos millonarios, olvidando lo que necesita la gente y literalmente echando al agua nuestros recursos.