
De vez en cuando es bueno replantearse situaciones que son parte de nuestras vidas. Si la responsabilidad no es parte de nuestra acciones corremos el riesgo de descarrilar nuestras vidas, generalmente sucede así y a pesar de eso muchos no lo entienden. Como padres de familia naturalmente asumimos un sentido de protección hacia nuestros hijos y buscamos no exponerlos a ningún riesgo, a nada que los pueda lastimar, preferimos ser nosotros los que nos arriesguemos a que ellos lo hagan.
Conducir una motocicleta representa un riesgo para un adulto, las muertes sobre dos ruedas suma y siguen, el alcohol contribuye mucho en eso. Por eso llama la atención ver lo que presenciamos todos los días en nuestras calles, familias enteras en una moto… papá, mamá y uno o dos hijos, siempre pequeños… y ninguno sin un casco de protección siquiera. No queremos ni pensar lo que sucedería si colisiona con otro vehículo, el que va adelante saldría despedido y las consecuencias serían fatales. Las imágenes son evidentes y fáciles de conseguir, preocupa que las autoridades no controlen y sancionen drásticamente semejantes conductas. Desde ya es inaceptable que padres de familia cometan tal barbaridad pero ante esa realidad, no queda más que la ley actúe para preservar la integridad física de esas mismas personas y sobretodo de los niños, que se convertirán en víctimas de la irresponsabilidad. Es urgente que se actúe, de manera más dura que incluso se castigue a quién no usa un casco o rompe una regla de tránsito. Con seguridad que cuidaremos de la integridad de más de uno.