viernes, abril 26, 2024
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El asma: más peligrosa de lo que piensas

Seguro que no es la primera vez que te topas con el término de asma, ya que es una enfermedad bastante habitual en nuestro país. En España afecta hasta a un 5% de la población, y puede llegar a afectar hasta a un 12% de los habitantes de otros países.

De primeras estas cifras no alarman demasiado, pero si te digo que en los niños es todavía más prevalente que en los adultos, ya asusta un poquito más, y es que se trata de la enfermedad crónica más frecuente en edades infantiles.

Es habitual que se le reste importancia al asma porque, al ser tan frecuente en nuestra población, y, aparentemente, con tan pocas implicaciones negativas. Pero algo que quizá no sepas es que cada año mueren más de 250 000 personas en todo el mundo por asma.

¿En qué consiste el asma?

El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio que se caracteriza por el estrechamiento de las vías aéreas, generalmente reversibles, en respuesta a diferentes estímulos.

Un brote o agravamiento de la enfermedad subyacente del asma se denomina ataque de asma o crisis asmática, y suele aparecer sin ningún tipo de aviso previo, simplemente, en respuesta a un estímulo determinado.

Durante el proceso respiratorio normal se produce la relajación de los músculos presentes alrededor de las vías respiratorias que permite que el aire fluya libremente y con facilidad. Sin embargo, un ataque de asma está marcado por la inflamación, el broncoespasmo y la producción de mucosidad.

El broncoespasmo consiste en una constricción de los músculos que rodean las vías respiratorias, lo que provoca un estrechamiento de las mismas. Esto impide el flujo libre y fácil del aire a través de las vías respiratorias, y, en el caso de las personas que padecen de asma, como tienen una hiperreactividad bronquial y reaccionan de manera exagerada a estímulos que en otras personas son normales, esta constricción se alarga más en el tiempo. Un signo característico de broncoconstricción son las sibilancias, un sonido similar a un ligero silbido procedente de las vías respiratorias obstruidas.

¿Cuáles son algunos de los síntomas habituales del asma?

Los signos y síntomas más comunes del asma son claramente visibles y suelen parecerse a los que se producen durante las enfermedades respiratorias.

Algunos síntomas son falta de aire, tos, sibilancias y en ocasiones opresión en el pechoLos pulmones pueden producir esputo al toser, pero a menudo es difícil llevar el esputo a la boca. La tos y otros síntomas pueden empeorar durante la noche y con la exposición al aire frío.

Hay que tener en cuenta que los pacientes pueden no experimentar todos los síntomas en cada ataque de asma, y que pueden variar entre los brotes. También es posible que en los pacientes con asma persistente se produzcan diferentes síntomas en distintos momentos.

Las investigaciones y estudios publicados han demostrado que los pacientes con asma son más propensos a padecer otras dolencias, como apnea obstructiva del sueño, enfermedad por reflujo gastroesofágico y rinosinusitis. Además, los pacientes también son más propensos a desarrollar trastornos del estado de ánimo o de ansiedad, y problemas psicológicos.

¿Cuáles son los distintos tipos de asma?

Existen distintos tipos de asma en función de la edad de aparición, la gravedad de los síntomas, la causa y otros factores asociados.

El asma de inicio en la edad adulta es aquella en la que el individuo comienza a experimentar los síntomas a partir de los 18 años. Cuando la enfermedad comienza antes de los 5 años, se clasifica como asma infantil o pediátrica. Este tipo de asma también puede afectar a los niños pequeños y a los bebés, y estos, por lo general ,no pueden realizar una espirometría y no se puede establecer el diagnóstico de asma definitivo.  Se trata según juicio clínico y se determina en mediante un test de alergias. Es después de los cinco años que se pueden hacer las pruebas que llevan al diagnóstico.

El asma intermitente es un tipo que se caracteriza por intervalos de buena salud entre períodos de exacerbación de los síntomas. Los síntomas van y vienen y los pacientes pueden sentirse bien entre las exacerbaciones. En cambio, cuando un paciente experimenta síntomas casi todo el tiempo, se clasifica como asma crónica o persistente. En este tipo, los pacientes pueden padecer síntomas moderados, graves o leves, y la gravedad de los síntomas puede variar de vez en cuando. Cabe destacar que la forma más grave de asma se llama estatus asmático.

Por otro lado existe un síndrome similar al asma que consiste en la disfunción reactiva de las vías aéreas (SDRVA). Éste es de inicio rápido, aparece en cuestión de minutos o pocas horas, y se desarrolla en personas sin antecedentes de asma, tras la exposición (única y específica) de un gas o un agente irritante (pintura, spray, solventes, adhesivos,…). Si en lugar de una única exposición a irritantes, hablamos de una exposición múltiple o crónica (por ejemplo por el entorno laboral), es más fácil que se desarrolle asma inducida por irritantes o asma ocupacional.

Es habitual que las personas con cualquier tipo de asma sufran ataques de asma desencadenados por el ejercicio o la actividad intensa, y se clasifican como broncoespasmo o asma inducido por el ejercicio.

¿Cuáles son las causas del asma?

A día de hoy todavía se desconocen las razones por las que una persona desarrolla asma, pero se sospecha que es multifactorial y depende de interacciones entre genes de susceptibilidad (se han identificado más de 100 genes de susceptibilidad para el asma) y de factores medioambientales, tales como factores perinatales, infecciones respiratorias, exposición a alérgenos e irritantes, o ejercicio físico

Los antecedentes familiares de asma u otras afecciones alérgicas variadas, las enfermedades alérgicas subyacentes y los daños pulmonares durante el desarrollo infantil pueden aumentar la susceptibilidad al asma.

Habitualmente, la causa principal del estrechamiento de las vías respiratorias es una respuesta anómala y excesiva a ciertos estímulos, una hipersensibilidad, que desencadena en la contracción de los músculos que rodean las vías respiratorias (broncoespasmo), bloqueando el paso de aire.

Entre los estímulos que propician el broncoespasmo encontramos la exposición a sustancias que causan irritación de las vías respiratorias, como los alérgenos, las toxinas, las plagas, el moho, el humo del tabaco, los ácaros del polvo, y la caspa de las mascotas, entre otros. 

Ilustración, hombre con un broncodilatador

Fuente: storyset; freepik.com

¿Cómo se trata el asma?

Actualmente, no hay cura para el asma, pero sí un tratamiento que ayuda a controlar los síntomas, como los antiinflamatorios, los broncodilatadores, o los antihistamínicos y vacunas contra la alergia.

Los fármacos antiinflamatorios ayudan a disminuir la producción de mucosidad, así como la inflamación de las vías respiratorias. Pueden recetarse para ser utilizados a diario para prevenir o controlar los síntomas en los casos graves.

Los broncodilatadores ayudan a relajar los músculos de las vías respiratorias, permitiendo que el aire se mueva libremente por el sistema respiratorio. También puede facilitar la movilización de mucosidad fuera de las vías respiratorias, dependiendo del inhalador o nebulizador utilizado. 

Si los síntomas se desencadenan o exacerban como consecuencia de las alergias, el médico puede decidir recetarte antihistamínicos, o, dependiendo del caso, recomendarte una vacuna para la alergia para disminuir la reacción inmunitaria a determinados alérgenos.

La intención del tratamiento es conseguir el control de los síntomas asmáticos con independencia de la gravedad de la enfermedad. De modo que se puede clasificar el asma en función de si se ha conseguido controlar los síntomas, o no. Podemos diferenciar entre asma bien controlada, con menos de 3 días de síntomas semanales, asma mal controlada, con síntomas más de 2 días a la semana, y asma muy mal controlada, con síntomas diarios.

Cabe mencionar que, aunque todo el mundo está familiarizado con el “famoso Ventolín” (principio activo: Salbutamol), se trata de un broncodilatador de rescate, por lo que el objetivo es tener que usarlo lo menos posible, es decir, reducir el número de crisis asmáticas que hagan que lo necesitemos..

Prevención y pronóstico

No existe una forma probada eficaz para prevenir el desarrollo del asma, pero sí de las crisis asmáticas. Además, la Organización Mundial de la Salud sostiene que la reducción de infecciones respiratorias y de exposición a diversos desencadenantes pueden ayudar. Cabe destacar que, aunque el asma no tiene tratamiento, en ocasiones el asma infantil desaparece con los años, y solo 1 de cada 4 niños asmáticos padecen asma en la adultez.

A pesar de que existe un numero significativo de muertes por asma anuales, la mayor parte de ellas pueden prevenirse con un tratamiento adecuado. Por ello, se puede decir que el pronóstico de una persona con asma con buena adherencia terapéutica es bueno. Las personas con asma bien controlada pueden llevar una vida normal y plena, e incluso realizar deporte sin grandes complicaciones.

FUENTE: MUY INTERESANTE

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