El aprendizaje con autismo (TEA) en educación regular

POR LIC. PAOLA ISABEL ECHART GARECA

En los últimos años, el interés por el espectro autista ha provocado importantes movimientos mundiales en búsqueda de accesos viables en la intervención de los sujetos afectados, de modo que la familia, la escuela y la comunidad puedan constituirse en espacios de desarrollo real para esta población. El autismo, según Frith y Hill (2004) es un “trastorno del desarrollo infantil para toda la vida caracterizado por tener una dificultad para interactuar socialmente y comunicarse con los demás, así como presentan una tendencia a comportamientos repetitivos e intereses restringidos que duran toda la vida”.

El Trastorno del Espectro Autista, que además incorpora el Síndrome de Asperger, afecta la habilidad de comunicación de los niños, así como su relación con otras personas, es más común en varones que en mujeres. Los niños con este trastorno del desarrollo son descritos, algunas veces, como si estuvieran perdidos en su propio mundo, raros, tímidos y socialmente aislados

La intervención educativa adecuada es fundamental en la mejora de la calidad de vida de las personas con autismo. Por ello, desde los primeros niveles se orienta y planifica de manera estratégica para proporcionar un adecuado espacio para el aprendizaje. La inclusión de los niños con esta condición, propone nuevos retos al docente que debe desarrollar prácticas para responder a las necesidades específicas de aprendizaje del estudiante, en el marco de un currículo y una organización que no siempre dispone de una estructura y contenido flexible.

Para Ainscow (2001) las políticas educativas de inclusión tendrán mejores resultados cuando los docentes “se conviertan en unos profesionales más reflexivos y críticos capaces de trabajar juntos y motivados para investigar diversos aspectos de su práctica con la idea de perfeccionarla”. Vale decir, es esencial que los, docentes se apoyen en programas de actualización que los sensibilice y prepare para aplicar orientaciones educativas adecuadas; así es más viable que angustia y frustración, sean sustituidas por empatía y solidaridad; asimismo, es evidente la cooperación del grupo familiar y el compromiso de estos con la planificación siendo primordial y con inclusión.

Un estudiante con TEA no buscará relacionarse con sus iguales; y, si lo hace, su manera de interactuar puede ser inapropiada. Ambas situaciones podrían conllevar al aislamiento y el acoso en el aula de dicho alumno. Otras características del niño autista, que interfieren en la inclusión dentro del aula, es la presentación de patrones de pensamiento y movimientos repetitivos (balanceo, cerrar y abrir puertas…), una hiperreactividad ante ciertos estímulos, la dificultad para la comprensión del lenguaje simbólico o para empatizar.

Los niños con autismo pueden recibir servicios de educación especial, pero el autismo en sí mismo no es una discapacidad del aprendizaje. El autismo afecta el aprendizaje de los niños, y a veces de manera similar a las discapacidades del aprendizaje. Por eso, los niños con autismo con frecuencia califican para los servicios de educación especial. Los niños con autismo deben adquirir habilidades sociales y de comunicación para poder relacionarse con sus iguales

Los niños con autismo pueden ir a un aula especial de autismo integrada en un colegio normal o a un aula normal con algún tipo de apoyo. Los niños con autismo suelen tener disfunción sensorial, por lo que cosas como luces brillantes, compañeros gritando o el ruido pueden afectar su aprendizaje. Para optimizar el proceso de aprendizaje de un niño autista, el profesional educativo necesita aprender cómo aprende dicho cerebro, evaluar al alumno, valorar su situación en el aula, respetar su ritmo y estilo de aprendizaje y diseñar y poner en práctica adaptaciones curriculares específicas y eficaces para cada uno de ellos.

Existen diversas adaptaciones curriculares que se pueden realizar en el aula para niños con autismo, como ser las adaptaciones de acceso en los elementos personales, el cual se debe tener especial interés en informar y colaborar con las familias, y evitar el aislamiento con respecto a su grupo de referencia.

Adaptaciones en el espacio físico, se puede reducir el ruido y la iluminación, y crear un espacio tranquilo para el niño. También las adaptaciones en la metodología por la cual se pueden utilizar materiales visuales, como imágenes y diagramas, para ayudar al niño a comprender mejor las instrucciones. Igualmente, las adaptaciones en la evaluación que se pueden utilizar diferentes métodos de evaluación, como la observación y la evaluación continua, en lugar de exámenes escritos y las adaptaciones en la interacción social con la cual se pueden fomentar las interacciones sociales con otros niños, por ejemplo, a través de actividades en grupo.

En el caso de la lectura y expresión verbal, los niños en el espectro tienen desventaja ya que se espera que cada año escolar aumenten su comprensión y agilidad para hablar, escribir y leer. La expresión verbal y la comprensión son desafíos importantes para ellos, aún más cuando está presente el lenguaje figurativo o expresivo. Su situación es aún más vulnerable cuando presentan pruebas estandarizadas que buscan cierta velocidad y nivel de aprendizaje.

Es importante tener en cuenta que cada niño con autismo es único y puede requerir adaptaciones específicas para su situación individual. Por lo tanto, es importante que los profesionales educativos trabajen en estrecha colaboración con los padres y los terapeutas para diseñar y poner en práctica adaptaciones curriculares específicas y eficaces para cada niño.