Las malas prácticas, por alguna extraña razón, se copian y contagian fácilmente. Es muy cierto que en la ciudad de Tarija es difícil encontrar espacios para estacionar un vehículo, las calles están saturadas, hay aquellas donde solo se permite a la derecha, otras donde lo hacen a ambos lados y claro, las que se estaciona a la izquierda. Así de colorido y variado es el tráfico vehicular en esta ciudad.
Ante semejante carencia, la imaginación de muchos conductores los llevó a buscar nuevas opciones, alternativas más creativas, por eso no tuvieron mucho problema en identificar las veredas como áreas de parqueo útiles y a la mano, por lo que es común ver que en avenidas y calles, se suben a las aceras y se quedan ahí por tiempo indeterminado, pudiendo ocasionar un accidente y, con seguridad, una gran incomodidad a quienes deben usar esos espacios… los peatones. Es extraño pero es este segmento el que va perdiendo terreno en la medida que quieren hacer de Tarija una ciudad más inteligente y moderna.
Poco se puede esperar sobre el respeto a las normas, si quien debe hacerlas cumplir no lo hace o encima las viola. Como cuando se exigía que los motociclistas usen casco y los propios policías no lo hacían. Se debe comenzar por casa y aplicar a raja tabla la normativa vigente. La grúa debe entrar en acción y las multas con mayor rigor aún, es la única forma en que comprendamos cómo debemos comportarnos en sociedad y ayudar a su desarrollo, caso contrario estorbamos y somos parte del problema.