Al parecer los tarijeños aún no asumimos el momento que nos toca. Los retos son muchos, las necesidades más todavía. La vertebración caminera sigue siendo un sueño hasta ahora inalcanzable que no sólo servirá para viajar decentemente por nuestro territorio sino fundamentalmente como factor de identidad y para integrarnos como región contando con los medios precisos para consolidar el intercambio comercial interno como hacia otros departamentos.
Los dotación de agua potable y servicios básicos que resultaron no ser tan básicos para las autoridades salientes deben ser otra prioridad no sólo en el discurso, sino en planes de gobierno serios que se plasmen desde el primer día de manera coordinada con otros niveles de la administración publica. La vieja y eterna historia de pueblos sin agua, sin luz y ahora sin gas debe quedar ahí mismo…en la historia. Así cómo la sequía que cada año golpea al agro porque no se cuenta con una medida para enfrentarla a pesar de los millones que pasan y siguen.
Lo que debe preocuparnos a los tarijenos es que el gas definitivamente se acabará algún día y al ritmo que vamos volveremos a ser el Departamento pobre con muchas necesidades acumuladas, hoy tenemos múltiples demandas y pocos recursos. No podemos seguir viviendo como nuevos ricos que dejaron q que se vaya su cuarto de hora, que se embriagan con el momento de bonanza decadente y no siembran ni diversifican para por lo menos garantizar que la calidad de vida mejore y superviva en beneficio de las próximas generaciones, que deben encontrar una región con un norte establecido a través de políticas de desarrollo claras.