
El presidente del Comité Cívico Pro Intereses de Tarija, Jesús Gira, expresó su preocupación exponiendo el fracaso de un costoso radar meteorológico adquirido en la gestión 2004 por la alcaldía de Uriondo a la cabeza del ahora viceministro Álvaro Ruiz. Este dispositivo, que tuvo un costo de 350,000 dólares, según Gira, no cumplió la función para la que fue comprado y se convirtió en un “nido de pájaros”, lo que lleva a calificarlo como un “elefante blanco” y una “vergüenza para Tarija”.
Jesús Gira lamentó la falta de un plan de mitigación o ayuda, así como la ausencia de un banco de semillas en Uriondo para socorrer a la población que es víctima de los desastres naturales. La inoperatividad de proyectos dejó a Uriondo en una situación vulnerable ante las inclemencias del tiempo, sin las herramientas necesarias para prevenir y responder a eventos climáticos extremos.
En sus declaraciones, Gira subrayó el descontento en la comunidad de Uriondo, destacando que la inversión millonaria en el radar meteorológico no dio los resultados esperados. “Se ha estafado, y aquí los que tendrían que haber hecho un seguimiento son los que desembolsaron la plata en aquel año, que son la Prefectura y la Alcaldía de Uriondo”, señaló. Esta denuncia abre interrogantes sobre la gestión de los recursos públicos.
La adquisición del radar meteorológico en 2004 tenía como objetivo principal prevenir los daños causados por las tormentas de granizo que afectan a la región. Sin embargo, durante los últimos años, el equipo se ha mantenido inactivo y en estado de deterioro, sin que las autoridades locales hayan tomado medidas efectivas para su mantenimiento y operación.
La situación planteada por José Gira ha llamado la atención de las autoridades locales, quienes ahora se ven obligadas a investigar y responder a estas acusaciones. Mientras tanto, la comunidad de Uriondo sigue esperando una solución a los problemas causados por los desastres naturales, y una explicación sobre la gestión de los recursos destinados al radar meteorológico que, en lugar de protegerlos, se ha convertido en una vergonzosa carga económica para la región.