De vez en cuando es bueno revisar qué papel o rol jugamos en nuestro caminar por este planeta. Nuestro aporte a la preservación del medio ambiente es nulo, imperceptible, peligrosamente apático. La degradación del eco sistema es tal que se ha puesto fecha límite para revertir el proceso de auto depredación en el que estamos, si hasta el año 2030 no cambiamos, las consecuencias serán nefastas.
Nuestra forma de vida choca de frente con lo que necesita el planeta, el uso de bolsas plásticas se ha convertido en un fenómeno nocivo y peligroso ya que están incluidas en casi todo nuestro que hacer, en nuestro país y en nuestra Tarija todo lo que se vende va en una bolsa plástica, desde las verduras del mercado hasta el desodorante o la pasta dental, lo único que varía es el tamaño y el color. Es más, muchas veces somos nosotros los que las pedimos al vendedor para no tener que llevar en la mano el producto o el resto de cosas que compramos, luego se acumulan por docenas y hasta para botar la basura utilizamos otra vez bolsas de plástico, es un circulo vicioso de nunca acabar, hasta nuestros desperdicios van en ellas.
Es triste y dramático ver que las bolsas terminan ensuciando todo, son arrastradas por el viento y quedan prendidas de árboles y arbustos, en el botadero son enterradas con todos los desechos, contaminando los suelos y acuíferos, peor si consideramos que el material del que están hechas, demora siglos en degradarse. Aún no hemos medido las consecuencias y parece que hay pocos interesados en hacerlo. En otros países ya se prohíbe el uso de bolsas plásticas y nos preguntamos porqué en el nuestro aún no se aplican políticas parecidas, ya que nada cuesta y fácilmente se podría implementar la medida. Incluso cada municipio tiene potestad de hacerlo unilateralmente, una vez más ni sabemos porqué tampoco se lo hace. Esperemos que en la actual gestión se implemente algo tan simple.