La necesidad de una nueva cara en la Asamblea Departamental

EDITORIAL

La imagen de la asamblea legislativa departamental de Tarija no ha cambiado mucho en estos años, sigue deteriorada, sigue escasa de confianza y credibilidad. Lo vivido el 2022 en ese momento de desentendimiento total, que llevó al ente legislativo a estar paralizado, a no ocuparse de las necesidades y requerimientos de la población, ha sumado a la negatividad que ya carga esta institución.

Nuevamente la asamblea departamental se prepara para poder elegir su directiva, con el riesgo de que pueda suceder lo del año pasado, esperamos que nuestros asambleístas hayan aprendido la lección y no terminemos en un laberinto sin salida que la paralice otra vez.

Al parecer los espacios políticos están definidos con mayor claridad en esta ocasión, incluso desde la bancada del Movimiento el Socialismo se reconoce que dos de sus miembros prácticamente actúan de manera totalmente independiente, por no decir que están en consonancia con lo que se establece desde la gobernación y la bancada de Unidos, si efectivamente es así, se podría establecer que el partido azul ha perdido cualquier oportunidad de hacerse con la presidencia del ente legislativo y todo quedará en manos de Unidos, en alianza con la bancada indígena y también la minoritaria bancada de la agrupación Todos. Esta configuración da espacio a que no solamente los cargos más visibles de la asamblea queden en manos de esta mayoría claramente identificada, si no también a que en las comisiones se pueda tener una presencia poco visible del MAS.

También es importante tomarse el tiempo suficiente para analizar qué directiva y qué Presidencia necesita la asamblea departamental y concretamente Tarija, han sido dos gestiones en las que el presidente provenía de la bancada indígena, ahora se asegura de que no se va a repetir la fórmula, lo que abre la puerta a que otros miembros, especialmente de la bancada de Unidos, que es la segunda bancada más numerosa dentro del legislativo, pueda alcanzar la presidencia tan ansiada, la que no se ha podido tener en estos últimos dos años. Se podría pensar que otras fuerzas con menos asambleístas condicionan su participación o su apoyo a justamente la otorgación de ese cargo pero al haber cierta flexibilidad, cierto espacio y holgura en la línea política promovida por el gobernador Oscar Montes, pensamos que lo más probable es que un miembro de su propia bancada presida la ALDT.

Finalmente, quien llegue a este cargo desde Unidos, implicará un mensaje de qué es lo que se quiere hacer de aquí en más, después de dos gestiones con demasiados tropiezos. Tal vez ha llegado el momento de pensar en una cara nueva, en un asambleista joven, alguien que signifique verdaderamente un cambio en el escenario político, más allá de ser parte del esquema oficialista y de la propia asamblea departamental. Sin duda alguna ese personaje tendría que provenir de la provincia Cercado, donde Unidos tiene importante presencia en votos y al mismo tiempo en asambleístas, que marque un equilibrio con lo que sucede en la región autónoma del Chaco, que por si fuera poco, tiene su propia asamblea regional y además asambleístas departamentales. Esa suerte de pesos y contrapesos, más allá de las siglas políticas presentes en la asamblea, es necesaria para la propia distribución del poder en la administración del departamento de Tarija. Evidentemente es el propio gobernador Oscar Montes el que tiene que hacer una revisión del perfil de cada uno de los de su bancada y sobre todo de los que pertenecen a Cercado, esperemos que Tarija tenga sangre nueva, dirigiendo una de sus más importantes instituciones.