La falta de transparencia como un cáncer que enferma nuestras instituciones

Después de tantos años haciendo comunicación, haciendo periodismo, de informar lo que sucede sobre todo en las instituciones públicas de Tarija, seguimos sin entender la razón por la que las autoridades de turno, siempre caminan al borde de la cornisa cuando se trata de ejecutar proyectos. En la mayoría de ellos hay un denominador común, que es la falta de información, la falta de transparencia, la ausencia de socialización y el querer a toda costa, imponer criterios sin importar lo que digan los ciudadanos de manera directa o a través de organizaciones como ser la Sociedad de Ingenieros, el colegio de arquitectos, el colegio de economistas, etc..

Esa falta de claridad en el proceder de nuestras autoridades en la agenda que desarrollan, hace que se generen susceptibilidades respecto a qué es lo que verdaderamente quieren hacer, de qué manera se quieren disponer los recursos públicos y se duda si es que verdaderamente esos recursos se manejan con honestidad. Por desgracia en nuestro medio tenemos algunas organizaciones sociales que, por alguna razón o por algún especial interés, se vuelven funcionales a lo que la autoridad política de paso necesita o requiere. En la medida que ese proyecto significa más millones de bolivianos, también la insistencia desde la institución o desde la dirigencia de una de esas organizaciones, es mayor. Es una relación directamente proporcional por coincidente o extraña que parezca.

Cuando se solicita documentación o que se sustente cierto proyecto en el plano legal y también técnico, creemos que la solución es muy sencilla, presentar y mostrar a la población lo que se está pidiendo y no dar lugar a que se generen dudas o susceptibilidades sobre el buen manejo de los dineros de todos. Contradictoriamente, el proceder de quién es esta a cargo, es exactamente contrario a lo mencionado, lo que da entender que no se cuenta con la documentación que se precisa, que hay marcada improvisación en un determinado proyecto y que no todo lo que se está haciendo es absolutamente limpio.

Es tiempo ya de que nuestras autoridades entiendan que no pueden seguir contando historias a medias, que no pueden seguir hablando medias verdades, que sólo ocasionan que su credibilidad se desmorone y que su paso por la institución sea digno de olvido, aunque algunos dicen que lo que menos les importa es justamente eso, sino más bien seguir planteando proyectos a diestra y siniestra, obras millonarias, que en muchos casos corren el riesgo de quedarse a medias, paralizadas, como ya tenemos muchas experiencias en Tarija.

Es posible que el interés de una autoridad no sea exactamente el mismo interés que tiene un vecino o una vecina cuando plantea una necesidad o un requerimiento, tal vez se miran y si saborean esas licitaciones como un negocio bastante lucrativo.