Entornos que matan

Siempre que hablamos de política y nos referimos a autoridades que han llegado a ciertos cargos a través de esta vía, es inevitable también referirnos a los entornos, a esas personas que están muy cerca de esas autoridades, de esos políticos y que de una u otra manera, llegan a tener un alto grado de influencia en ello⅖s. Esos denominados entornos, ocupan cargos importantes de decisión, son secretarios o ministros muy cercanos al líder, ya sea este presidente, gobernador, alcalde, etc., no es que absolutamente todos tengan igual grado de influencia o llegada sino que más bien, hay quiénes se destacan por sus propias características, virtudes, capacidades y son parte de esa mesa chica donde se toman también otra clase de determinaciones.

Hemos escuchado en variadas ocasiones que la opinión hacia cierta persona o sobre cierta autoridad no es mala, aunque no sea positiva pero el problema surge cuando se analiza a sus colaboradores más cercanos, a sus asesores, a esos que parecería la autoridad les tiene plena confianza, los que muchas veces abusan de esa cercanía y comienzan a actuar por su lado, a mostrar facetas negativas y eso afecta no solamente la imagen del político, sino también el prestigio de la propia gestión en la que se está trabajando. Los mentados entornos son parte de cada administración, son motivo de evaluación y por lo general suelen ser negativa, poco convenientes, que dañan lo que se quiere hacer y no suman, más bien restan, la cuestión es porqué esa autoridad mantiene el
entorno cerca de suyo, cuando a través de los medios de comunicación, por las redes sociales, por personas cercanas, se dice y escucha que no lo están ayudando, por el contrario, perjudicando muchísimo su imagen y credibilidad.

Lo lógico sería que quién se sienta tocado por las malas acciones de sus más cercanos colaboradores, simplemente los aleje de su lado, lo saque de su entorno pero sucede exactamente lo contrario, ya que siguen ahí, muy cerca , como si no importara la mala imagen que proyectan día día y que dañan a todo el equipo. Hay quiénes dicen que no hay cambios porque la cabeza también está vinculada a las conductas reñidas con la ley, porque no habría otra explicación para no hacer un corte y sacar esa porción podrida que afecta tanto. Por lo general, el entorno que rodea a una autoridad y le hace daño, junto a la extraña incapacidad de ella misma para no sacárselo de encima, son parte de la mediocridad en la que transcurren y funcionan nuestras instituciones.