El oro une al MAS y la oposición ni se mira, cuanta necesidad de una cumbre política nacional democrática

Eduardo Claure

Evistas y arcistas imponen su rodillo y sancionan la polémica “ley del oro”, titulan en la fecha medios impresos y circulan en RR.SS., confirmando que los tratos bajo la mesa y el As escondido bajo la manga, existe y opera, obra en función de la continuidad del poder. Tiene su propia razón. Mientras, la “oposición”, denunciando, protestando, desgañitándose en la ALP y, ante los medios, que les hacen un eco -obligado- sincero y sin otro interés que cumplir con su razón de ser: comunicadores. El hecho es qué, la clase política opositora no ha desplegado ninguna iniciativa por construir una cohesión social y política nacional consecuente con las necesidades democráticas del pueblo boliviano asfixiado por la marea azul que dividida y recontra enemistada (con mucho disimulo cuando le conviene), olvida sus diferencias por un interés común, en cambio los actores de la oposición no renuncian  a su marginal y residual posición ante la necesidad de una Cumbre Política Democrática Nacional, que de esperanza por una pervivencia de la democracia y la vigencia de la Ley y los Derechos. Los cargos electos que disfrutan en la ALP, así como en los departamentos y municipios capitalinos, los que “representan” al pueblo al que pidieron su voto para ser electos, gozan de altos salarios, una que otra prebenda, beneficios colaterales y disfrutes anexos, sin pensar en lo fundamental de su cargo y responsabilidades para lo cual fueron elegidos, qué, supuestamente eran para salvar al país de la tiranía.

El escritor británico George Orwell, en su novela satírica de 1945 titulada “Rebelión en la granja”, hace una caricatura de lo que fue el antirrevisionismo en la Unión Soviética. En el que el molino de viento representa los Planes Quinquenales de Stalin, y la ilusión de Trotski por conseguir un socialismo mundial la asemeja a la ilusión de los molinos del Quijote. ​Apropiadamente el historiador adscrito a la Nueva IzquierdaE. P. Thompson, en su artículo “El humanismo socialista. Una epístola a los filisteos” de 1957, acusó al estalinismo de inmoral y de ir contra los valores del socialismo y del marxismo humanista. Según Thompson, el estalinismo se distinguía por poseer tres características básicas: Antiintelectualismo, con base en el elitismo de partido y en un inmovilismo doctrinal; Nihilismo moral, producto de la enajenación provocada por un culto a la personalidad de índole religiosa y por la burocracia. Dicho nihilismo justificaba cualquier acción, como las purgas; Negación del individuo y de la creatividad del trabajo humano, dado el carácter antidemocrático de dicha ideología. Políticos, seguramente negarán que no estamos ante un estalinismo o algo parecido, sin embargo, no negarán que Mao al igual que Stalin -y Mussolini- eliminaron a millones de “opositores” e impusieron su doctrina recalcitrantemente comunista imponiendo su Libro Rojo y aquí, poco menos que su libro azul, que fue, digamos, “Los Protocolos de Orinoca” del 2006 y difundido secretamente el 2007 y 2008. Documento vademécum del MAS-IPSP elaborado con apoyo cubano venezolano y español, que ha sido la Biblia suprema bajo cuyas líneas ha operado Morales y nada alejado del mismo, Catacora. Ojalá, la cómoda oposición, no espere hasta lo último cuando aparezca un Calígula, un Nerón o un Hitler, tal vez ahí, empiecen a “cortar clavos”.

Una cumbre política es un encuentro que se realiza con la presencia de “líderes políticos” con el objetivo de debatir y definir acciones frente a problemas y desafíos compartidos por la población boliviana y avanzar en la integración que recupere la democracia -o por lo menos intente- frente al rodillo político que ha degradado la política a niveles intolerables en materia de la gestión pública de un gobierno/Estado/partido que ha hundido la economía y naufragado la democracia como tal.  Centenares de columnas periodísticas en diversos medios, en estos 17 años, han mencionado la necesidad de que la clase política, se organice para enfrentar al MAS-IPSP en materia electoral -si no es unión, al menos un bloque frentista-, pero no solamente referido al voto, sino de un programa con visión país y cuando no, con renovación de conductores políticos, en tanto no se los considera “lideres”, a lo sumo, dicen, son, dueños de siglas y/o personerías jurídicas de partidos, referentes, a esta altura, residuales o marginales, y, en algunos casos sobreviviendo en el confort del poder local, sin desarrollar proyectos y acciones de impactos para el desarrollo.

La banalidad y fatuidad de políticos que representan a diversos partidos políticos en lo nacional y local -mientras depredan lo público -tarea que les ha dejado el poder central y se distraigan con ello-, han caído en esa trampa y se desenvuelven como pez en el agua. Su visión no llega ni a la acera de enfrente, entonces, como pedirles que miren más allá.? Mientras la arrolladora masa de indoctos, interculturales, cocaleros, contrabandistas, narcotraficantes y funcionarios públicos, deshacen las oportunidades de alcanzar un mejor futuro, social y económico, tal como demuestra que, el oro de las bóvedas del BC ya había sido “liquidados” en el exterior hace años atrás, y de los que se dice en boca ministerial del área, se recibieron intereses de $us 120 millones, suma que no alcanza ni para tapar una muela de la carcomida economía del Socialismo del Siglo XXI y malhadado proceso de cambio, sucesos que no les mueve un pelo, a estos políticos de quiniela, que lamentablemente representan al conjunto de bolivianos que sufren el día a día de una deteriorada economía, mientras la criminalidad toma las calles, la violencia de los ajustes de cuentas son pan de cada día al igual que secuestros exprés y la tranquilidad social se disipa cada día que pasa, de forma ineluctable, porque así lo permite una tiranía con rostro de déspota, sátrapa y dictador, donde su mejor practica es la injusticia, la rapacidad, la crueldad, la arbitrariedad y la ilegitimidad, que tiene cansado al pueblo boliviano por su autoritarismo, injusticia, su represión y abusos cometidos contra la sociedad y, alguno que otro opositor.

Hace años atrás, una decisión que sorprendió a todo el mundo: el consejo de accionistas de Facebook expulsó a su fundador, Mark Zuckerberg. Además de despedirlo, bloquearon su cuenta. Lo que no impidió al magnate hacer un llamamiento a los usuarios de su aplicación en internet para asistir a una masiva protesta en su apoyo. La elección del lugar no pudo ser más simbólica: el Monumento a Lincoln, en Washington. En el mismo escenario de las protestas contra la Guerra de Vietnam y de las manifestaciones pro Derechos Civiles, Zuckerberg se dirigió a miles de seguidores con un discurso que copiaba, casi palabra por palabra, aquel “tengo un sueño” de Martin Luther King: “Amigos míos, pese a las dificultades que atravesamos, yo aún tengo un sueño. Un sueño profundamente arraigado en las ideas de nuestra nación, América. Un país que se levantará para afirmar que estas verdades son evidentes: que los usuarios de internet fuimos creados libres e iguales. Y sueño que un día, en todos los dispositivos fijos y móviles, los dueños de las más grandes corporaciones de la red como yo, y como ustedes usuarios anónimos, compartiremos nuestras ideas en un gran espacio común. Entonces el mundo se convertirá en un oasis de oportunidades donde los más necesitados, gracias a la información libre, gratuita y universalmente distribuida, saldrán de la carestía y la pobreza”. Detrás de esta su alocución estaba el verdadero bombazo: anunciaría que disputaría, desde el partido demócrata, la presidencia de los Estados Unidos a Donald Trump. Si el caudal de votos de Trump ha sido el mundo rural de economía agraria e industrial, la gran oportunidad del fundador de Facebook pudo estar en aglutinar a la otra parte de Norteamérica, los habitantes urbanos con trabajos tecnológicos, que ya tenían una primera promesa muy afín a sus intereses: una internet verdaderamente libre, universal y gratuito.

Este ejemplo del párrafo anterior, en el contexto boliviano, es la pose de la oposición y la del tirano que nos ofreció su verdad durante 15 años, entonces, sepamos de verdad lo que nos ofrece ahora el masismo renovado en la careta de Catacora, que la “oposición”, dice tener la mejor lectura cuando dejaron pasar muchísimas leyes, además de tolerar todos los vejámenes jamás vistos contra el pueblo boliviano y las víctimas de este avasallador régimen de cambio. Si la oposición, no hace nada contra este régimen, más adelante, no podrán inventarse un discurso como el de Zuckerberg, el pueblo soberano, sabrá leer su discurso, pues habrá entendido, como aquello de Jaime Paz Zamora “errores y no delitos” o de Carlos Mesa de fecha 4 de noviembre de 2022 en su Twitter “Al MAS se le acabó el tiempo de cálculos, cercos o dilaciones. Es el momento en que Arce debe cumplir con su deber y ejecutar el mandato que le da el pueblo. El Censo 2023 es inevitable y se impondrá hoy, en Santa Cruz en paro, o mañana con un país convulsionado”. Qué sucedió.? Ni censo, ni país convulsionado. Pura fraseología oportunista, nunca una consigna política democrática a la cual seguir: falsario él y otros MAS.