
Permanentemente, en este espacio, nos ocupamos de ciertas realidades urbanas de la ciudad de Tarija, entre otros varios temas, que pasan por diferentes comportamientos de sus habitantes, buenos y malos. Nos damos cuenta que gran parte de lo que vivimos está marcado por nuestra forma de ser y las actitudes que asumimos ante determinadas situaciones, todo eso va pasando de generación en generación, con sus luces y sombras. Muchas veces exponiendo a quienes actúan de determinada manera.Las muertes en accidentes de motocicleta suman, siguen y pasan por la pésima forma de comportarnos sobre dos ruedas, ligado a una terrible educación vial, que campea por nuestras calles. Así como sobre una motocicleta van dos, tres y hasta cuatro personas, así como hay aquellas que no tienen ni un farol para circular en la noche… también tenemos conductores en dos ruedas, que adelantan a otros vehículos por la derecha. Las normas de tránsito prohíben hacerlo, sólo se puede rebasar por la izquierda, sin embargo es pan de cada día en Tarija hacer lo contrario. Los riesgos son inmensos porque cualquier conductor que se llame tal, no está atento a lo que pase por ese lado, porque se entiende que nadie debería superarlo por ahí, la realidad es otra y son las motos las que encuentran el espacio y pasan, para colmo, cuando se le reclama al motociclista, este se molesta y se han dado hasta grescas por ese motivo. Lo que vivimos en esta ciudad, nos empuja a practicar una conducción defensiva que nos obliga a tener ocho ojos que miren a todos lados, para no lastimar a ningún imprudente que por ignorancia o negligencia pone en peligro su vida misma.Seguiremos insistiendo en que las instituciones públicas deben reorientar sus mensajes publicitarios, dejar de hacer campaña a tiempo completo para el político/autoridad, con recursos públicos y, más bien, enseñar, educar, llamar a la conciencia, etc, sobre diversos aspectos que tienen que ver con las conductas y comportamientos ciudadanos. Ese rol ha quedado olvidado y es tiempo de retomarlo.